Mañana parto a Granada.
Aunque estoy exhausta de tanta boda (principal aliciente de mi viaje) me motiva tener una excusa para redescubrir un destino que hace tanto que no piso.
De acuerdo a mi prueba del carbono 14 particular, mi última (y primera) visita la ubicaría en algo así como una galaxia "muy, muy lejana". Tan lejana, que entonces aun no había llegado a mi vida la cámara digital para inmortalizarla y todos mis recuerdos son en papel (bonito pero poco práctico para mi blog).
De aquella primera vez me acuerdo de las teterías. Es curioso lo que la memoria retiene al visitar nuevos lugares. No es la majestuosa Alhambra (que visité)...no es alguno de sus miradores. Son las teterías y una canción árabe que sonaba a todo trapo en una de sus pantallas.
¿Qué recuerdo será mejor? ¿El pasado o el presente?
Pronto lo sabré.
De momento, mañana por la noche mi amiga Gracia y yo tenemos una fiesta en la cueva de Sacromonte de Curro Albaicín.¡Promete!
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