Mis colaboraciones

Etiquetas

Abu Dhabi (3) Acre (1) aeropuerto de Tel Aviv (1) África (1) Akko (2) alojamiento (22) Amelie (1) América del Norte (3) América del Sur (1) Amsterdam (1) arquitectura (1) Asia (2) Atenas (1) avión (1) Avis (1) Barcelona (2) Bélgica (2) Berlín (5) Bhutan (1) Bokor (1) Brasil (1) Brujas (1) brunch (1) Bruselas (10) Cádiz (2) Camboya (1) Cantabria (1) Chicago (1) Chile (1) China (10) ciudades (34) ciudades creativas (22) compras (4) Cornualles (1) Cornwall (1) cosas (14) Cuba (4) cultura (8) Dar es Salaam (1) Doha (2) Emiratos Árabes (2) España (8) Estados Unidos (3) Estocolmo (1) Europa (12) formentera (8) Francia (2) Galicia (1) gastronomía (5) Gijón (5) Granada (3) Grecia (2) Haifa (1) Hawai (4) historia (1) Hong Kong (1) Iberia (1) India (1) Inglaterra (2) islas (1) Islas griegas (1) Israel (8) Italia (3) Japón (4) Jerusalén (2) Jordania (1) Kampot (1) Laos (3) le loir dans le théière (1) Leeds (1) Londres (2) Los Ángeles (1) Madrid (3) Málaga (1) Maldivas (1) Manhattan (1) Mar Muerto (2) Masada (2) Mascate (1) Me Gusta Volar (1) Méjico (1) México (1) Milán (1) monumentos (1) Moscú (6) motivos para viajar (2) Mozambique (1) Museo del Louvre (1) museos (5) Noruega (6) Nueva York (10) Omán (1) Oriente Medio (2) Oslo (1) París (6) Pekín (1) Perú (2) preparativos (1) Qatar (2) Reino Unido (2) restaurantes (1) Rumanía (1) ruta (1) Safed (3) San Diego (2) San Francisco (3) San Juan de Acre (1) sicilia (1) Siete maravillas del mundo moderno (1) Sol y playa (3) Suazilandia (1) Sudáfrica (4) Suecia (2) Sur de California (2) Tailandia (3) Tanzania (8) Tarragona (1) Tel Aviv (2) Toscana (1) Transilvanía (1) transporte (5) trucos para ahorrar (1) Turismo Solidario (1) Turquía (1) US Airways (1) viajar (1) viajes (3) Viajes y cosas de los AMIGOS de M (6) Viena (1) visitas (1) volar (1) vuelos (3) Yemen (1) Zanzíbar (2) Zefat (1)

Preparar un viaje a Cornualles

Cornwall (Cornualles). Un nombre mágico. El extremo suroccidental de Inglaterra es sinónimo de celtas, castillos, impresionantes acantilados, parques naturales de ensueño, mucho surf, olas, cangrejos et alter. La revista Conde Nast Traveller lo ha catalogado como 'uno de los lugares que hay que visitar antes de morir', lo cual cuadra con los comentarios que me llegan y que no dudan en calificarla como 'la zona más bella de Inglaterra'. 

Estoy deseando comprobarlo en primera persona y poder dictar mi propia sentencia.




Preparar el viaje a Cornualles está resultando relativamente fácil:

¿Dónde y con quién volar?

Lo primero que reservamos fueron los vuelos, esta vez con Easyjet. Bueno, bonito y barato. Volaremos directo a Bristol, ciudad que aunque no está en Cornualles,  parece que resulta de lo más conveniente, pues queda a unas tres horas y media en coche.

¿Dónde dormir en Cornualles?

Las cuatro noches de alojamiento fueron el siguiente reto. La reserva de las dos primeras resultó muy fácil, las otras se resistieron un poco, en parte porque buscábamos algo original y atípico, en parte porque al ser también puente en Inglaterra la disponibilidad se complica. Pero mejor dedicar otro post específico a este tema, que bien lo merece.



¿Cómo moverse por Cornualles?

Hemos optado por desplazarnos en coche de alquiler. Eso nos va a dar una libertad perfecta. ¿El único reto? Conducir por el otro lado.

¿Qué visitar?

Frente al reto que normalmente me supone organizar un viaje de semanas a un país lejano (a veces dos en una misma escapada), la sensación de circunscribirme a un espacio temporal corto (cuatro días) y geográficamente acotado (una región de un país) es de una sencillez deliciosa. Me recuerda a las impresiones que tuve preparando el viaje a Cantabria, periplo que también me pareció muy fácil de estructurar y organizar por jornadas. Que regusto más dulce me viene recordando aquella escapada...¡qué recomendable!

Volviendo a Cornualles, he estado buceando en Internet, hoy a la caza y captura básicamente de pueblos bonitos y con encanto

Una ayuda a la que siempre recurro en primera instancia es la página oficial de turismo del destino que tengo entre manos. En este caso, aunque es atractiva visualmente, no acabo de encontrar lo que busco. Eso sí, me anoto algunos datos e ideas sorprendentes que tropiezo salpicados aquí y allá, como el hecho de que, coincidiendo con la época de nuestra visita (primavera) exista la posibilidad de ver tiburones peregrinos en la costa del condado. Se trata nada más y nada menos que del segundo pez más grande del mundo, que llega a alcanzar la friolera de 10 metros. Al parecer, caminando por los acantilados del South West Coastal Path uno puede divisarlos y observarlos mientras nadan y atrapan comida con sus enormes bocas abiertas. ¡Curiosísimo!


En seguida me he lanzado a buscar en Google y a crear mi mapa en Google maps. Así, he ido recopilando algunos datos interesantes, rincones de referencia y actividades que pintan muy bien. Aquí dejo algunos que tienen muchos puntos de ser parte de nuestra road movie particular:
  • St. Ives: bella población pesquera con un marcado ambiente cultural.
  • El faro de GodRevy: la foto más famosa de todo Cornualles.
  • El Castillo de Tintagel: cerca de la población de Padstow (famosa por su excelente gastronomía).
  • Excursión en ferry entre Padstow y Rock por el Estuario Camel, con parada en alguno de los impecables restaurantes de la zona.
  • Excursión en barco a las exóticas islas Sorlingas (de Scilly), con su chocante clima subtropical y sus playas increíbles (fácilmente accesibles en el ferry Scillonian III que zarpa desde la población sureña de Penzance).
  • Conducir por la carretera costera de Plymouth hasta Fowey (por esta actividad siento una debilidad especial, sobretodo a raíz de leer que fue aquí donde se ambientó la película "Los Pájaros" de Hitchcock). Recomiendan parar en el pub Inn on the shore, que al parecer tiene unas vistas estupendas.
  • El pueblo de Port Isaac (dicen que es para enamorarse). Aconsejan no perderse los vecinos pueblos de Port Gaverne y Port Quin.
  • Visitar la zona del Estuario de Foweyk, que dicen que es una maravilla. Situado al sur de Cornualles, parece que alberga un puñado de pueblos pesqueros que rezuman carácter.
Me estoy emocionando por momentos. ¡Creo que el sur de Inglaterra va a ser un gran viaje!

¡Continuará!


Relato de un viaje a Noruega: primer día

Mi blog de viajes ha sufrido un accidente. Sí, el destino ha querido que perdiera mi dominio de siempre. Asumido el susto inicial, he llegado a la conclusión de que no hay mal que por bien no venga, ya que la nueva dirección es mucho más sencilla: www.viajesdemarita.com. Y, para celebrarlo, voy a arrancar con el relato de mi viaje a Noruega en 2013, que ya le tenía ganas.

En capítulos anteriores hablé de por qué elegí ese país, compartí cuánto me costó el viaje a Noruega y di mi visión personal sobre el Norway in a Nutshell. Es momento, pues, de pasar a la acción con pedazos de mi guía de viajes. 

Miércoles, 26 de junio

Primer día de viaje a Noruega, que arranca con un buen madrugón. Y es que el vuelo directo de Ryanair con destino a Torp sale a las 6.45 de la mañana.

Tras algunos nervios en Palma porque se nos resiste lo de encontrar taxi al aeropuerto, por fin nos plantamos en Son Sant Joan pasadas las 6.00h. El avión sale puntual a la hora prevista y en seguida me arrepiento de no haber cogido mi antifaz, que hubiera sido de gran ayuda para echar una cabezadita durante las poco más de 3 horas de vuelo.

Aterrizamos en Noruega, donde nos recibe la lluvia, sin contratiempos. A las 11h sale el autobús Torp-Expressen (muy recomendable), que en una hora y media nos llevará cómodamente hasta la estación de autobuses Galleri Oslo, cercana a la estación central de trenes de la ciudad. El conductor es súper simpático, lo cual amortigua los no tan agradables precios noruegos, ¡menudo clavo el autobús! Nada más y nada menos que NOK 480/2 personas por un trayecto de 123 kilómetros. Carísimo.

Son las 12.30h cuando, puntuales, llegamos al centro de Oslo. Decidimos dejar las maletas en la consigna (NOK 50/24 horas), aprovechar al máximo el tiempo e ir de inmediato a explorar la capital. A continuación, paramos en un súper y compramos la comida (NOK 150): ensalada de patata, mini pizza, una bebida energética y un plátano… una excelente y económica opción. Después, paseamos hasta el emblemático edificio de la Ópera, que tanto me apetece. Antes de visitarlo, nos sentamos en un banco frente al edificio y, mientras lo observamos tranquilamente, aprovechamos para comer. A pesar del día gris, que no acompaña, disfruto absorbiendo el encanto de su arquitectura, que me parece fascinante. La fachada tiene un punto mágico que sin duda me atrapa.

Cuando son las 13.15h, tal y como recomienda la guía, nos disponemos a subir por las pasarelas que llevan a recorrer el  exterior del edificio, tan blanco y tan perfecto. Leemos que vale la pena para tomar perspectiva de los alrededores y hacerse con el espacio y confirmo que es así. A continuación, es momento por fin de entrar en la Ópera. Nuestro objetivo es hacer la visita guiada en inglés, que según la lonely planet es a las 14h. Sin embargo, en recepción nos enteramos de que en realidad ha sido a las 13h, así que por culpa de un error de la guía (que no será el único) nos quedamos sin poder hacerla, ¡una auténtica pena!


Superado el disgusto inicial descubrimos que hay wifi gratis, así que nos sentamos un rato en el hall para conectarnos y tomar algunas fotos. Observar el interior del edificio es una auténtica gozada y es realmente impactante, con su “muro de olas” o los divertidos motivos de las paredes, entre otros detalles.

Antes de irnos, aprovechamos para ir al baño, sin coste, pues en la mayoría de lugares hay que pagar alrededor de NOK 10.

Fuera sigue lloviendo. De hecho, no parará de llover en todo el día. Una lluvia fina y constante que deja maniobrar pero que desgasta. Al final de la jornada, acabaremos bastante hartos de ella.

Decidimos dirigir nuestros pasos al Museo del Barco Vikingo, al que se accede por medio de un ferry que en 15 minutos te lleva a la Península de Bigdoy.  Andamos hasta el muelle de Radhusbrygge, punto de partida de los barcos, situado frente al imponente edificio del Ayuntamiento… ¡una auténtica mole! Del muelle en si esperaba un poquito más, pues había leído en la guía que estaba lleno de puestecitos que venden pescado. Sin embargo, no veo gran cosa y no hay mucho ambiente, ¿será por la hora?

Un consejo: conviene comprar el ticket del ferry antes de subir, así sale algo más barato. Son las mismas tarjetas de transporte del tranvía, etc. y las validas al subir.

Una vez en Bogdoy, a pesar de que no hay carteles resulta muy sencillo llegar hasta el museo, tan sólo hay que andar un poco y seguir a la gente.

Son las 15h cuando iniciamos la visita. Al principio el lugar, que no es muy grande, está bastante abarrotado pero poco a poco se va vaciando. El espacio ocupa una única planta de 4 naves y recorrerlo se hace muy ameno, incluso aunque a priori no te interese mucho el tema. Básicamente, lo que se ve expuesto son 3 barcos vikingos enormes, dos de ellos excelentemente conservados. Disfruto mucho leyendo la historia de cómo estaban enterrados en granjas hasta que los descubrieron por casualidad, todo gracias a la costumbre de la nobleza de utilizar las embarcaciones como tumbas, donde eran enterrados con todas sus pertenencias. Por cierto, recomiendo estar atentos a los códigos QR que hay en los paneles de las paredes. Como hay wifi gratis en el edificio, resulta una manera muy innovadora de acceder a divulgativos contenidos de audio.



En definitiva, me parece una visita muy agradable, además de una buena excusa para darse una paseo por la Península de Bogdoy y deleitarse observando algunas de las impresionantes casas de la zona (tranquila, residencial y claramente adinerada).

Tras concluir la visita al museo, tomamos el ferry de regreso a la ciudad bajo una lluvia que no cesa. Una vez en tierra, decidimos dar un paseo hasta la Galería Nacional. De nuevo, la guía lonely planet nos falla, al decir que cierra a las 18h. Al llegar, a las 16.45h, descubrimos frustrados que ya no dejan entrar a nadie. ¡Qué rabia! Con lo que me apetecía… Y de entrada gratis, como decía la guía, nada, ¡hay que pagar NOK 50! En fin, que no dan una…

Optamos por acercarnos a pie hasta Damstredet. ¡Eso sí que es un acierto y una agradable sorpresa! Se trata de una callecita no muy larga y súper pintoresca, repleta de casitas antiguas del S. XVIII, todas muy cuidadas y que parecen sacadas de un cuento. Entre flores y buen gusto, recorremos encantados ese oasis en medio de la ciudad… ¡nos encanta! Tomamos mil fotos.



Tras pasear por ese lugar tan recomendable, pensamos que es momento de ir a la estación de buses a recoger nuestro equipaje y retirarnos hacia el alojamiento. Ha sido un largo día y estamos cansados. Entonces, observo que tengo varias llamadas perdidas en el móvil y resulta que son del hostal, desde donde han estado intentado avisarnos de que el check in era hasta las 18h. Es tarde y nos agobiamos un poco. Viendo que aclararse con los tranvías es algo complicado y que el mapa que tenemos no nos ayuda a aclararnos, optamos por coger un taxi, presionados por el poco margen de tiempo y la lluvia. Un error, pues nos cobran la ridícula cantidad de NOK 152 por una carrera de 10 minutos escasos. En definitiva, ¡taxis nunca más! Pero bueno, estas cosas pasan.

Menos mal que nuestro alojamiento, la Ellingsens Pensjonat, resulta ser una delicia. Limpio, coqueto, camas híper cómodas, tranquilo, buena zona… Lo único malo es el tamaño de la habitación (muy pequeño), así como que por el precio que pagamos (bastante) el desayuno no esté incluido. Pero ya se sabe que el alojamiento en Oslo es híper caro, así que aceptamos que es lo que hay. Sin duda, lo recomendamos y volveríamos a alojarnos ahí.
Cuando son las 19.30h estamos instalados, por fin, en nuestra bonita habitación, aunque antes de relajarnos del todo nos acercamos al  supermercado para comprar la cena y algunos víveres para el día siguiente.

Así acaba nuestro primer día en Noruega, intenso y bien aprovechado a pesar de las zancadillas de la guía lonely planet y sus informaciones erróneas. Oslo está muy bien, me gusta, aunque reconozco que la experiencia se ha visto empañada por la lluvia constante. La impresión en general es que la gente es muy amable y el servicio muy simpático.

¡Mañana, más!

DATOS PRÁCTICOS

Oslo
Ellingsens Pensjonat
Holtegata 25
Habitación doble con baño privado
990 coronas (123 euros)
Reserva previa a través de booking

Cómo evitar las colas del Museo del Louvre


Como ya conté en su día en mi blog, en septiembre de 2013 hice un viaje a París de 3 días. Fue una visita maravillosa, 72 horas en las que la capital de Francia nos enamoró por completo.

Pero no era mi primera vez, no. Sin embargo, seguía virgen, pues me faltaba una visita imprescindible: la del Museo del Louvre. Ya dicen eso de que siempre tienes que dejar algo para otro viaje y, en mi caso, la cuenta pendiente con París no era otra que verle la cara en vivo y en directo a la Gioconda para tratar de ser yo la que descifrara el misterio de su sonrisa.


Total, que para allá que nos fuimos en nuestra última mañana en la ciudad de la luz. Sólo le pudimos dedicar a la visita tres horas. Sin embargo, para mi sorpresa y a paso ágil, nos las arreglamos para ver la mayoría de cuadros, esculturas y demás joyas del arte que nos apetecían. Además, así no se hizo pesado y digerimos mejor lo que contemplábamos (a veces, empacharse visualmente no es bueno, lo sé por experiencia propia). Y sí, logré estar cara a cara con la Gioconda, además sin agobios ni masificaciones (todo gracias a las entradas de acceso prioritario que habíamos comprado previamente  y que nos garantizaron ser de las primeras en acceder al interior del museo).

Ubicado en el centro de Paris, el Museo del Louvre posee unas de las obras mas emblemáticas de todos los tiempos. Ver y casi poder tocar, por fin, a la Gioconda, la Victoria Alada de Samotracia, Psique reanimada por el beso de amor, la Venus de Milo o Las Bodas de Caná (entre otras piezas) es una oportunidad única y emocionante que te regala la vida y que hay que aprovechar, ¡doy las gracias a París por ello!



¿Cuál es el truco para evitar las colas del museo del Louvre de París?

La respuesta es muy fácil: comprando la entrada con antelación y por Internet a través de la web oficial de París, www.parisinfo.com.  

¿Qué compras exactamente?

Lo que estás adquiriendo son entradas prioritarias para el Louvre o, lo que es lo mismo, una entrada sin hacer cola para las colecciones permanentes del museo y que además, incluye el acceso gratis para explorar el museo Eugène-Delacroix ese mismo día.

¿Cómo te llega tu entrada al Museo del Louvre?

1)En mi caso, para ahorrarme los gastos de envío, las recogí en la oficina principal de turismo de París, que abre a diario de 9 de la mañana a 7 de la tarde y que está cómodamente situada entre el museo del Louvre y el edificio de la Ópera (25 rue des Pyramides, Paris 1st). 

Una vez allí, presenté mi email de confirmación y me entregaron las entradas al momento. Fueron muy amables y el proceso fue rápido y sencillo. 

2) También puedes pedir que te las envíen por correo postal, incluso al hotel dónde te alojarás. Eso sí, hay que pagar 6,35 euros adicionales (para entregas en París) o 14,50 euros (para entregas en España). 

Si tienes más dudas, puedes entrar en el enlace de preguntas y respuestas frecuentes. 

¿Es recomendable?

¡SIN DUDA!

Mi experiencia personal fue muy positiva. Tanto por la rapidez y sencillez del proceso de compra (pagué con tarjeta de crédito cómodamente desde casa), como por las ventajas que supone a la hora de acceder al museo. Sin duda, ¡fueron los 24.00 euros mejor pagados (coste: 12 euros/entrada)! Mi consejo es que no lo dudéis y optéis por esta forma de adquirir las entradas al museo del Louvre.

Imaginaos el gustazo. Llegar y ver un pasillo reservado para los que ya teníamos la entrada y que te digan 'por favor, pase por aquí, que tiene entrada VIP'... ¡maravilla!

¿Te he convencido?

Si es así, pincha reserva de entradas prioritarias al Louvre para acceder a la información y reserva.

Más info sobre el Museo del Louvre: datos útiles.
  • Los horarios de apertura son:
El lunes, jueves, sábado y domingo: de 9h a 18h
El miércoles y viernes: de 9h a 21h45
  • Las salas empiezan a vaciarse 30min antes de los horarios de cierre.
  • El museo abre todos los días, excepto los martes y los días festivos siguientes: el 25 de diciembre, el 1 de enero, el 1 de mayo.
  • El miércoles 8 de mayo, el museo cierra a las 18h y no a las 21h45.
Aquí os dejo algo muy útil para preparar vuestra visita al museo: información sobre el Louvre en castellano y un mapa de sus instalaciones, para ir abriendo boca (enlace aquí).

¡Ahora vais y me lo contáis!