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Huangluo, la aldea del pelo largo (China)

Los viernes por la tarde, la 2 de TVE es un festín para los amantes de los viajes. Hoy, sin ir más lejos, he podido empacharme con una sesión cuadruple de destinos. Con el mando de la tele en una mano y el del aire acondicionado en la otra. Inmune frente al calor que arrecia de lo lindo estos días en las calles de Mallorca.

Del Amazonas que mostraba el documental Un mundo aparte me han trasladado a Paraguay de la mano de Trotamundos. De ahí he saltado a Lisboa, para acabar viendo "Lo mejor de China" según la cámara de Lonely Planet.

Pues bien, precisamente de China quería yo hablar, pues poco he contado de ella cuando mucho dio de si aquel viaje de 18 días por el gigante asiático.

Melancólica, he comenzado a rememorar los grandes momentos del periplo, tras lo cual mi mente ha rescatado de su disco duro la que para mí, sin duda, es una de las mejores fotos de aquella aventura, si no la mejor. No tanto por la calidad de la instantánea sino por lo inesperado del momento que capturó. Porque sí, a los chinos les encanta escupir, incluso a las ancianas adorables de la etnia Roja Yao, esas enigmáticas mujeres que pueblan la "aldea del pelo largo" y que tienen los cabellos más extensos del mundo.



Fue el domingo, 09 de diciembre, en nuestro día 11 de viaje. Ahí os dejo el relato completo de la jornada, para quién quiera seguir leyendo y profundizando.

Buenas noches.



Domingo, 09 de diciembre. Día 11 de viaje



Amanece nublado. 

Nos pegamos un buen madrugón (6.30h) y a contrarreloj consigo reservar nuestros vuelos a Lijiang vía Chengdu. No hay directos y optamos por esa escala por un criterio de horarios, pues nos da más margen para aprovechar al máximo el domingo al volar tarde y para poder compaginarlo con la visita de hoy a las terrazas de Longsheng. 

A las 7.10 es la recogida del tránsfer en el hotel, un mini van que nos conduce hasta Yangshuo por 30 yen. Ahí, enlazamos con el tour organizado a las terrazas de arroz de Ping’an (180 yen por persona). Compramos snacks en ruta por 18 yen. 

Primera parada: Huangluo Yao Village (el de las mujeres de pelo largo). Tenemos una hora para visitarlo por libre. Básicamente paseamos alrededor del río y como el pueblo es muy pequeño se ve rápido. Aun así, no nos sobra tiempo, ya que nos resulta de lo más fotogénico y acabamos parándonos en cada detalle. Compro postales por 10 yen a una de las mujeres, que la verdad son un poco agobiantes, ¡todo el rato intentan venderte cosas y te persiguen! 
El lugar es muy bonito y tranquilo. 
Para mi sorpresa, aquí parece que sí están haciendo un esfuerzo para construir o reformar las casas con criterio y respetando un estilo tradicional. Son casas de madera bonitas y sin impacto para el entorno. Ojalá sigan en esa línea y tomen ejemplo. Mientras paseamos observamos que la gente es muy humilde. En cuanto al ambiente, como en otras excursiones en este viaje se hace evidente que es temporada baja: establecimientos vacíos y mucha tranquilidad. 

Segunda parada: el pueblo de Ping'an, en el que hay que pagar para entrar (está incluido en nuestro tour). Es un lugar precioso, por desgracia muy turístico, aunque no hasta el punto de haber perdido su encanto. Reina un poco el caos, el mantenimiento brilla por su ausencia y hay bastante suciedad. Al lugar lo salva el entorno (las terrazas), que son una auténtica maravilla.

Aquí hacemos un alto para comer. Nos conducen en grupo a un restaurante donde comemos a la carta. Elegimos “Bamboo rice” (tipo pegajoso y cocido a la brasa) y pollo, que también te sirven dentro del bambú. La presentación es muy original y además está delicioso. Lo acompañamos de té chino. Quedamos satisfechos, ¡aunque odio la manía que tienen de que la carne venga con tanto hueso triturado! Precio: 150 yen/2 pax.

Tras el almuerzo, nos dejan 2 horas libres para subir y ver las terrazas. No nos sobra el tiempo, entre el ascenso, la bajada, tomar fotos y detenerse en algún puesto de souvenirs.

El paisaje de las terrazas es impresionante, aunque está tan nublado que lo disfrutamos parcialmente. Este es otro de esos momentos en los que pienso que diciembre no es un mes recomendable para disfrutar de China. Chispea en el ascenso de la empinada subida. Una de las primeras terrazas que vemos es la denominada "Seven stars with the moon". Se intuye que es precioso aunque la visibilidad es bastante mala. ¡Una pena! Nos sentimos algo frustrados y nos queda ese mal sabor de boca de no poder disfrutar esa maravilla natural con luz y Sol: ¡debe de ser espectacular!

15.10h. Comienza el camino de vuelta. Partimos en bus local desde Ping'an y después cambiamos al autocar del tour, que nos deja en Guillin, donde tomamos el taxi que nos han reservado para ir directamente al aeropuerto (45 yen/2 pax en taxi compartido). Llegamos con mucha antelación al aeropuerto (tipo 17.30h), así que podemos reservar por teléfono el Hostel en Chengdu, cenar en el KFC e ir relajados.

¿Qué cambiaría de este día? Si dispusiera de más tiempo, haría el tour de dos días y dormiría en el pueblo de Dazhai. Parece menos turístico y las terrazas pinta que son más espectaculares. La vuelta es siempre sobre las 15.30 horas, lo que da tiempo para llegar a Guillin con margen para seguir ruta a otro sitio (vuelo, tren, autocar, etcétera)

A las 22.20h sale nuestro vuelo a Chengdu con China Airlines.

Por cierto, ¡de verdad que en China conducen fatal! Qué decir del chófer de la excursión de hoy...¡madre mía! Iba a toda carrera y haciendo sonar el claxon sin parar. ¡Un pirado! Para habernos matado…

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