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Programando la ruta a China

¡Ay! ¡Qué China no espera! ¡Que queda queda poco tiempo para plantarnos allí y mucho por sembrar!


Mal andamos.

Hay que ser resolutivo.

Hay que poner en marcha el...

...Protocolo para el diseño de una ruta de viaje. Estoy ya a tope con esa imprescindible, fascinante y en ocasiones estresante fase previa a montarse en el avión. Yo confieso: en ella me doy miedo a mí misma. Durante unos días parezco Juana la Loca. Despliego toda una logística en la que movilizo portales viajeros, amigos y conocidos, blogs, relatos publicados, libros guía de viajes...¿Sigo? ¡Todo suma!
A

¿Y a mí quién me ayuda? En el caso de China, minube me está echando una mano. No me cansaré de decir que esta página fue para mí un gran descubrimiento. Poder leer experiencias de otros viajeros, recopilarlos en una carpeta y después dar a un botón y generar un PDF con los sitios que me interesan (en un formato atractivo y manejable) es brutal. Me parece de ciencia ficción. Cuando en mayo recurrí a esta fuente de sabiduría viajera llamada minube para informarme sobre Nueva York, vi la luz. Me ganaron. Totalmente. Y lo dejo aquí porque si no me repito.

Lo mejor: buscar algo concreto. Ideal si quieres información específica de lugares que visitar y cosas que hacer (aunque les adore, he de reconocer que en la parte de hoteles Tripadvisor les gana la batalla). 

Lo no tan bueno: la búsqueda es algo anárquica, aunque siempre encontrarás algo útil que apuntarte a la lista. Si necesitas una visión más global del destino y situarte en el país, además necesitarás...
B

No sin mi guía. Estoy enamorada de dos guías de viaje. Sí, es posible quererlas a la vez. Porque lo que me aporta la una, no me lo da la otra. ¿Conclusión? ¡Me quedo con las dos! Me explico.

A una la quiero por su cerebro y a la otra por su cuerpo ¿Qué haría yo sin los conocimientos de la Lonely Planet? Para mí es una compra imprescindible cuando hago un viaje largo a un destino grande y potente. Algunos la critican. Dicen que "tiene mucha letra y poca foto". Para mí es perfecta.

Eso no podrían decirlo nunca de la Guía Visual del Pais Aguilar. De esta todo entra por los ojitos. Me pone. 

De manera que nos enfrentamos al eterno dilema belleza vs. inteligencia. Como la combinación de ambas es igual a la guía perfecta, al final acabo siempre coqueteando con las dos. ¿Y qué pasaría si me forzaran a elegir? Pues que me quedaría con la Lonely Planet si el plan fuera perdernos juntos en un país (cuanto más tiempo, mejor) y con la  Guía Visual del Pais Aguilar si estuviéramos planeando una escapada corta a una ciudad.

Lo mejor de confiar en estas guías es que te llevan de la mano. Lo hacen todo fácil. Te permiten improvisar. Te permiten empaparte de un destino en profundidad y con una visión integral... 

Lo peor: su precio (no digo que no lo valgan pero, ¡el desembolso da una pereza!)

Deberes hechos. Para China, ya me han regalado la Lonely Planet (su aspecto de ladrillo impone). Y la del Pais Aguilar también obra ya en mi poder, al habérmela prestado un amigo. Creo que para la visita a Pekín ella y yo nos vamos a llevar muy bien.


C

Sin compromiso. Estas dos palabras siempre habitan en los emails que envío a amigos y conocidos que sé que han visitado el destino que preparo. ¡Pobres víctimas de la confianza! Pero, ¿qué mejor consejo que el suyo? ¿Qué mejor referencia que su boca a boca?

Para China, las misivas varias ya están lanzadas. En ellas curioseo sobre qué gustó, qué no gustó, qué hubieran hecho diferente, sus sitios favoritos o sus imprescindibles.

Me suelo llevar sorpresas agradables y reina la generosidad. Esta vez, amigos como Olga o Patricia ya han puesto en marcha sus recursos.¡Así da gusto!

Epílogo

Programar una ruta es ya estar viajando. Es notar crecer dentro de ti la sana ansiedad de no saber dónde elegir entre tanto capítulo interesante. Es ver cómo un destino va cobrando sentido ante tus ojos. Es gozar del don de dar vida.


Y tú, ¿cómo preparas qué hacer en un viaje?

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