Aun con el regusto de la ciudad condal en mi boca, sonrío mientras pienso en el curioso caso de los cascos antiguos de las ciudades.
Me explico.
Una de las primeras necesidades que me urge saciar cuando planeo un viaje o llego a una ciudad es conseguir un mapa turístico de mi destino.
En esta ocasión, mientras danzaba visualmente sobre el plano de Barcelona, fui saltando a través de sus diferentes barrios. Nombres como Montjuic, Gracia o el Eixample (Ensanche), por citar algunos. Y en el corazón de todo ese enjambre, caótica y agazapada, me detuve a observar el trazado de la Ciutat Vella, su casco viejo, su parte sabia y añeja.
Eso me hizo pensar en lo curioso de los barrios más antiguos de las ciudades, aquellos en los que es fácil leer su larga vida y cuyas calles arrugadas se entremezclan, las unas con las otras, surcando la piel de la parte del mundo que habitan.
Con los años los cuerpos urbanos, como los humanos, se dilatan. La belleza del proceso reside en como logran preservar definidos los rasgos de sus primeros años de vida, esos en los que uno crece desordenado abriéndose paso a la vida a borbotones.
En definitiva, mi conclusión es que los barrios antiguos de las ciudades, hayan envejecido bien o mal, merecen una visita a modo de inmersión en su historia y de lectura visual de sus muchas batallitas.
P.D.:al igual que su primo hermano (Barcelona), este criterio también se aplica a mi ciudad, Palma de Mallorca, cuyo barrio antiguo es una amalgama de calles torcidas que concentran su esencia y belleza.
DATOS PRÁCTICOS
Ciutat Vella (uno de los diez distritos en los que se divide Barcelona) aglutina a los barrios de:
El Gótico
Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera
Barceloneta
Fuente: www.tourist-barcelona.com |
Totally agree!! Muy buen enfoque y redacción, ¡muy interesante!
ResponderEliminar¡Muchas gracias Manuel!
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