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72 horas en Bruselas _motivo 4 de 10

Es pensar en Bruselas y entrarme ansias por comer mejillones con patatas. Lo mío es puro vicio.

En fin, distraigamos la mente. Pensemos en el abanico de motivos por el que animaría a cualquiera a borrar Bruselas de su lista de viajes pendientes. 

Otro de los factores sorpresa de la ciudad (que me descolocó en positivo y que me parece un hilo conductor muy fresco para articular una visita por el centro) son sus pinturas murales inspiradas en cómics. Y este es mi cuarto nominado: la Ruta de los cómics. 

¿Qué son? 

La historia va más o menos así: uno va paseando por las calles de Bruselas tan tranquilo y, en su deambular, gira un esquina. Entonces, de repente ...bum... lo tiene delante: una pared enorme con un dibujo de un cómic famoso. Partes de grandes fachadas de 30 edificios que han servido de lienzo para dibujar maxi escenas con personajes célebres de historietas. Abrumadoras obras de arte callejero esperando a cobrar vida a través de los ojos del transeunte accidental.

¿Dónde están?

Antes de viajar, para el que quiera saciar su curiosidad y hacerse con un folleto, recomiendo ir a las páginas oficiales y bucear en los dos siguientes enlaces de la web de turismo de Bélgica y de turismo de Bruselas. Paralelamente, en la página de minube algún viajero avispado que ha estado y lo ha visto ya cuenta su versión personal de esas fachadas de cómic.


Ver mapa más grande

Una vez en destino, nosotras nos hicimos (pagando) con un plano turístico de la ciudad en la oficina de turismo de la Grand Place. Fue muy fácil: una línea azul dibuja en su superficie el recorrido de la "comic strip walk", que roza los principales puntos de interés del centro en barrios tan imprescindibles (mis tres favoritos) como Sant Géry, Marolles o Sablon (donde la ruta dice adiós). 

¿En conclusión?

¿Por qué no descubrir el centro de Bruselas siguiendo el camino de los murales de cómics en las calles?. Ayúdate del plano de la ciudad y prepárate para hacer el payaso, porque seguro que una foto ridícula interactuando con alguno de los personajes... ¡cae! Y eso que sí, me gusta el cómic. Y eso que no, no me gusta Tin Tin.



Mis 72 horas en Bruselas_ motivo 3 de 10

Otra cosa que me ha encantado de Bruselas son sus mercados.

¿Qué mejor plan un domingo por la mañana que irse de rastrillos

Empezamos nuestra ruta a las 10.15h de la mañana y visitamos tres mercados en unas horas. Para desplazarnos de uno a otro nos movimos a pie, más cómodo imposible.

Primera parada: el mercado de Sant Gilles.



Ubicado en el barrio del mismo nombre (que me encanta, por cierto), es pequeño y está repleto de comestibles. Aquí no encontrarás turistas, sino gente local abasteciéndose para la semana. ¡Me pareció muy coqueto! Tras echar un par de fotos y observar a los compradores, nos dirigimos a la...

Segunda parada: el mercado de Midi.



Pero antes de entrar en detalles, decir que por el camino Juan y Michaël nos mostraron dos cafeterías/bares que me fascinaron: el Potemkine (un antiguo cine) y la Casa del Pueblo. En el nombre podéis enlazar a más información, para que os hagáis una idea del rollito de cada una.

Volviendo a Midi, el ambiente no tiene nada que ver con el de Sant Gilles. De la tranquilidad del primero pasamos al bullicio del segundo. ¡Y las dimensiones también son otras! Está repleto de puestos atendidos mayoritariamente por marroquíes, lo cual nos dio pie a desayunar algo muy típico allí: té con msemen. Sí, sé que el nombre es algo chocante pero está delicioso. Consiste en té moruno con una especie de crepe cuyos ingredientes eliges al gusto: olivas de todo tipo, queso feta, higos, cebolleta, berenjena, etc. Y la guinda es un buen chorro de... ¡miel! Sí, insisto, está riquísimo. Y todo por 4 euros. 

En el mercado la gente aprovecha para comprar piezas de queso feta,  te las venden a kilos e impresiona ver esos bloques como ladrillos. También se pueden adquirir plantas y me dicen que es tradicional hacerse con el árbol de Navidad allí.

Con el estómago lleno y la curiosidad satisfecha, nos dirigimos a nuestra...

Tercera parada: el mercado de las pulgas del distrito de Marolles.


Señores, ¡esto sí que es un rastrillo en condiciones!. El caos reina por doquier, como mandan los cánones. La actividad se concentra en una amplia plaza donde la gente extiende sus objetos sobre el suelo. Paseando por los improvisados pasillos entre puesto y puesto se pueden encontrar mil y un cachivaches, objetos retro en ocasiones inservibles y en otras ciertamente interesantes. Mi primo se compró un ajedrez antiguo maravilloso y yo, de no haber sido porque mi amiga Ryanair no me permitía sobrepasarme con el equipaje, también hubiera sucumbido en un par de ocasiones.


En definitiva, los bruselenses dedican los domingos a recorrer sus mercados así que, ya lo dicen, que "allá donde fueres haz lo que vieres". 

Mis 72 horas en Bruselas_motivo 2 de 10

Y sigo con mis 10 motivos para darle una oportunidad a Bélgica y no arrepentirse en el intento.


El segundo es fácil y viene a colación: es la cómoda visita desde Bruselas a la ciudad de Brujas.

De ella hablo largo y tendido en minube.com, donde he subido la información en uno de los rincones, a cuyo enlace puedes acceder aquí. Si te gusta lo que lees, te tengo que pedir un favor: que lo votes como "mejor rincón 2012" en el concurso de minube.com. El plazo acaba el 11 de noviembre y son sólo un par de minutos de tu tiempo que a mí me pueden hacer muy feliz.

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¡Muchas gracias! 

Mis 72 horas en Bruselas _10 motivos

Bruselas da para tanto, que me lo sirvo en sorbos pequeños.

Siguiendo el hilo de un post anterior, son 10 los motivos por los que Bruselas y la excursión con la que puedas combinar la visita a la capital en un fin de semana largo (véase Gante, Amberes o Brujas) me parecen una escapada de lo más recomendable. Son motivos sutiles y personales, que no tienen porque ser válidos para todo el mundo. Y es que la capital y ciudad más grande de Bélgica no abandera un estilo de luces de neón que te deslumbre, es más una ciudad discreta y agradable, que se descubre si se saborea lento. Muchos la calificarían como una chica "simpática", que quizá no haga "girar cabezas" pero que esconde unos encantos que aguardan al ser que sepa apreciarlos y ponerlos en valor.

MOTIVO 1_EL ART NOUVEAU

Fachada del Museo Horta

¿Sabías que el arquitecto Victor Horta, considerado por muchos el creador del Modernismo, era belga? Porque yo no tenía ni idea. Lo descubrí de casualidad preparando mi anterior (segunda) visita, todo gracias a la página web de Turismo de Bruselas. Así supe que la ciudad está plagada de casas con este estilo, cuyo lenguaje ornamental a mí me alucina. 

Mi amiga Georgina y yo no quisimos perdernos la casa particular del artista, el Museo Horta, ubicado en el bohemio barrio de Saint Gilles. Lo visitamos un viernes al mediodía y le dedicamos una hora aproximadamente, ¡vale muchísimo la pena!. La única pega es que no dejan tomar fotos pero se pone a trabajar la retina ¡y listo!. Una maravilla de morada, sumamente elegante, por la que uno fluye deleitándose con todos y cada uno de sus detalles. 


En definitiva, si te interesan el arte y la arquitectura, en Bruselas tienes muchas joyas por descubrir: la Casa Tassel, la Casa Solvay y la Casa Van Eetvelde. Las tres, junto a la morada del artista antes citada, son patrimonio de la humanidad de la Unesco, un sello que convierte cualquier recurso en visita obligada.

FICHA TÉCNICA

MUSEO HORTA
25, rue Américaine, Saint Gilles
1060 Bruselas
Abierto todos los días, excepto los lunes, de 14 a 17.30h.
Coste de la entrada: 7 euros ( a octubre de 2012). Descuento para estudiantes.
Más info aquí (en inglés)

Mis 72 horas en Bruselas _prólogo

Bruselas, me has hecho muy feliz. Eres coqueta, culta y discreta y la verdad, me caes bien. 


Recuperada ya de la resaca de mi reciente escapada a Bruselas, me recreo recordando porque ha sido un viaje de tres días tan reconfortante y estupendo.

Si tuviera que extraer una moraleja de mis 72 horas en Bélgica desde una perspectiva algo sentimental,  diría que me reafirmo al pensar que no hay nada como viajar a un rincón del mundo donde tienes anfitriones locales. Sé que sin la calurosa bienvenida de mi primo en el aeropuerto de Charleroi y sin su rotundo abrazo de aterrizaje, sin los paseos por la ciudad con rumbo desconocido para mí pero sabiamente guiados por él, sin las cenas en su acogedora casa en el elegante (y nada turístico) barrio de Ixelles y, en definitiva, sin sus consejos y su atenta compañía (y la de su otra mitad, Michäel) la escapada no me hubiera parecido tan mágica. 

Dicho esto y siendo por tanto consciente de que juego con ventaja al haber visto Bélgica a través de los ojos de unos expertos residentes, independientemente de ello no puedo dejar de romper una firme lanza en favor de un destino que, para muchos compatriotas españoles, parece ser prescindible. ¡Craso error!. Me encanta Bruselas y, para justificarlo, he pensado recopilar los 10 motivos por los que plantarse en ella con las maletas es definitivamente un must.

(Pero antes, necesito apartar de mi relato un sombra que enturbia el envoltorio de satisfacción: lo peor de la ciudad, si es que puedo etiquetarlo así, es que es algo cara. Que un café con leche ronde los 3 euros, por marcar un precio de referencia, me temo que es significativo. Sin embargo, a cambio de esa cantidad elevada nunca he obtenido nada diferente a un producto excelente en un  decorado de diseño exquisito y ambiente acogedor. Vamos, que al final el sabor es el de un café pagado con gusto).

Espero que mis 10 motivos (*) y las imágenes que los ilustrarán animen a alguien a montar en un vuelo barato (los hay y muchos) y a no dudar que se sentirá sobradamente recompensado por los encantos de una ciudad sosegadamente cosmopolita.

(*) En mi próxima entrada del blog, continuará...

Llegó el día (Bruselas)

Ya llegó el día. En unas horas cojo el avión a Bruselas. Pienso ponerme hasta arriba de deliciosos gofres, ¡ñam ñam!



Un TIP de último minuto: las estupendas guías personalizadas de minube.com. ¡Soy súper fan! 

Recomiendo usarlas hasta abusar de ellas porque son extremadamente prácticas. En pocas palabras, se trata de una herramienta online que te permite, al navegar por su página, ir guardando en una lista los rincones, actividades y sitios de interés que te gustan. Una vez has acabado de recopilarlos, con sólo un click la página web te genera un PDF monísimo con todos los lugares, la información relacionada, un mapa de ubicación de los mismos...en fin, ¡un folleto a tu medida con lo que quieres visitar y que puedes imprimir, descargar y llevarte contigo!

Si quieres saber de qué hablo, haz click aquí. ¡Un gran descubrimiento!

Au revoire! 

Bruselas _dónde dormir

Paso 1 del viaje:cómo llegar> checked! 

Una vez reservado el vuelo, me muero de curiosidad por hacerme una idea de cómo es la zona en la que vamos a estar alojadas: Ixelles, uno de los 19 municipios de la región de Bruselas capital. Conocida como "Étangs d'Ixelles" o Estanques de Ixelles en español, es una zona verde que rodea unos estanques hermosos, con casas recientemente renovadas y de estilo modernista. Étangs d'Ixelles es hogar de varias residencias de embajadores.

¡Buenooooooo!

Sigo buceando en wikipedia, donde es fácil descubrir más datos curiosos, véase:

- Que en Ixelles está la casa donde nació Julio Cortázar (no tenía ni idea).
- Que uno de sus personajes ilustres es...!Audrey Hepburn!.

¡Promete!

¿Y qué pinta tendrá? Gracias a los milagros de las nuevas tecnologías es muy fácil visualizarse allí, en la que será nuestra calle, ¡no hace falta imaginar mucho!. Que flipe esto de google maps, ¿no?. ¡Que flipe!.



Ver mapa más grande

Japón _reflexiones sobre la comunicación y la espera


La espera. Grieta en el tiempo que nos permite evadirnos, instante de meditación desde el que saltar y fluir. La espera. Movimiento infinito, elástico. Abismo al que unos se asoman y del que otros huyen espantados. La espera. ¡Cuánto ha cambiado!. Ya no nos despeja. Ya no nos permite pensar lento. Ya no es sinónimo de expectación.

¿Y en que punto enlaza aguardar con Japón?

Recientemente, revelé que ese país fue destino de mi viaje favorito hasta la fecha. También conté el por qué. Pero hay más. Japón encuaderna otros capítulos, fragmentos de un revelador libro de ciencia ficción, párrafos de actitudes que, en el momento, te parecen ajenas, imposibles, surrealistas e incluso ridículas. 

Para enlazar Japón con la espera y la (in)comunicación, debo remontarme a 2007, a mi primer día de viaje. En él, estoy sentada en un restaurante mientras aguardo mi comida, presa ya de las garras del jet lag. A través de la neblina espesa del agotamiento, diviso a dos jóvenes japonesas ocupando una mesa cercana, la una frente a la otra. Curiosa, no puedo evitar observar sus gestos,¡todo es tan nuevo para mí! Sus ropas, sus costumbres...Pues bien. Esas chicas, esas amigas que toman algo y que espero compartan confidencias, no se dicen nada. Nada la una a la otra en todo el tiempo que permanezco sentada: ni tan solo se miran a la cara. Eso me impactó. ¡Me impactó tanto!  Aquella vivencia me marcó igual o más que cualquiera de los impresionantes templos que a posteriori visitaría.

Esas dos "amigas" pasaron su tiempo en la misma mesa pero en mundos muy lejanos, cada una escudriñando su móvil, sus mensajes, chateando con otras personas no presentes. Me pareció absurdo. ¿Por qué no compartían confidencias? Pensaba en mis tertulias de café con colegas, en esas largas charlas reflejadas en los ojos opuestos.  

Pues bien. Hoy, años después, observo cuánto ha cambiado el intermedio o cómo el móvil se ha convertido en su antónimo y me resulta familiar. Ya nadie aguarda en silencio, pues todos aprovechamos cualquier hueco para refugiarnos en un   artilugio... Lo pienso y esbozo una mueca mientras asumo  que aquella actitud nipona no distaba tanto de nuestro presente, que no era más que un espejo retrovisor en el que fui incapaz de verme, cual reflejo de escaparate en el que no te reconoces. 

Nos llevaban ventaja. Simplemente, iban por delante.

Me voy a Bruselas (I´m off to Brussels)


Español/English

El día a día come tanto, que uno no se da ni cuenta y ¡pum!, detiene su vista en el calendario y es consciente, de repente, de que se aproxima un anticiclón en forma de puente de octubre. Tres días como tres soles. ¡Tres días! Y con tres días juntos (repito), mi pensamiento vecino no tarda en asaltarme: ¿a dónde me escapo? 

Véamos. a) Tiene que ser asequible y b) que me permita reencontrarme con alguno de esos seres queridos que tengo dispersos por ahí. Esas son las premisas.

Pues bien. Me llamo M y confieso ser una de las imprudentes que ha sucumbido a volar de nuevo con Ryanair. ¡Y no será porque no haya intentado evitarlo! Me explico. 

En primera instancia, he sido una niña buena y visitado  tubillete.com, con la firme determinación de transportarme con cualquier otra compañía que no fuera la polémica low cost. Pero es que señores, las cifras cantan:

PMI- Bruselas

Tubillete.com 163 €
Ryanair        76 €

Acepto que soy una imprudente. ¡Pero una imprudente feliz porque ya tengo mi billete!

En definitiva, que en una semana estaré "volando voy volando vengo" a Bruselas. ¡Mi tercera visita ya!. La primera, hace ya más de una década, pasó sin pena ni gloria. Mis únicos recuerdos son la Catedral, el cielo gris, el viaje con mi amiga Sara, nuestras estupendas anfitrionas Silvia y Prets, la fiesta en su casa y los graffitis callejeros (más bien pintadas, lo de graffitis suena demasiado cool). La segunda ocasión ya me evoca recuerdos más luminosos, entre el barrio de Santa Catalina, la visita a Gante y su delicioso casco antiguo, la foto típica frente al Futuroscope, los escarceos con los iconos modernistas y las noches de vino y rosas con mi primo. 

¿Qué me deparará esta tercera vez?


P.d: si has llegado hasta aquí y te ha gustado esta entrada, me haría muy feliz que dejaras un comentario o te suscribieras a mi blog (ver abajo) :-)


Everyday life is so hectic that all of a sudden you stare at your desktop calendar and then realize that there's an anticyclone coming up in the shape of a Bank Holiday. Three days like three suns. Three days! And with three days in a row, my immediate thought is obvious: where do I fly to?


Let's see. a) It has to be affordable and b) it must allow me to reconnect with some of those loved ones that I have scattered around Spain or Europe. These are the premises.

Well. My name is M and I confess to be one of the foolish who has succumbed to flying on Ryanair again. And not because I did not try to avoid it! Let me explain.

At first, I was a good girl and visited tubillete.com, with the firm determination to carry me with any other company other than the controversial low cost. But Ladies and Gentlemen, numbers talk by themselves:

PMI-Brussels

Tubillete.com € 163
Ryanair € 76

I accept that I am reckless.But also happy because I have my ticket!

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